Aunque pueda parecer paradójico, cuanto más se tecnifica el mundo más se necesita que las empresas estén lideradas por personas especialmente hábiles emocionalmente.

Las emociones son si duda lo que nos diferencia de las máquinas, lo que nos hace únicos y por lo tanto nuestra mayor ventaja competitiva.

Vivimos en la actualidad en un mundo que en el que el tener empatía cobra un papel más que relevante para hacer frente al conocido como el famoso » liderazgo moderno».

Son muchas las ventajas que a las organizaciones les reporta el contar con un líder empático. Trabajar con una persona con gran capacidad de escucha activa y pausada, no solo hace que la conexión con el trabajador sea mucho más grande generándose una relación simbiótica, si no que además de sentirse mucho más valorado hará que se sienta mucho más integrado en el equipo generando eso una clara optimización de tiempos y mayor cohesión de equipo.

La empatía sin duda nos capacita para  inspirar, persuadir y crear relaciones interpersonales de calidad. Eso lógicamente siempre va a repercutir en una optimización de los resultados.

Con empatía se nace, pero también es cierto que se puede desarrollar con trabajo. Son 5 las claves para desarrollar buenas relaciones empíricas:

  1. Escuchar  con interés real . Dedicar tiempo, recordar y sobre todo aportar soluciones. 
  2. Tener la  mente abierta ante las respuestas. No juzgar. Entender, reflexionar y trabajar la comunicación de forma pausada. Nos daremos cuenta con el tiempo que esto no solo es bueno para esa relación, si no que nos ayudará a crecer a nosotros mismos como líderes. No debemos perder de vista que la escucha de calidad, se basa en hacerlo desde el silencio y sin interrupciones.
  3. Jamás ofrecer consejos , pero sí con total humildad preguntar sobre lo que no se entiende, confirmar de vez en cuando lo que acaba de decir el otro: demostrarle que se está escuchando.
  4. Acompañar a la hora de analizar la situación desde diferentes prismas… Pero siempre tratando de dejar a un lado conclusiones de acciones o decisiones.
  5. No implica esto que no sea necesario comunicar una conclusión de lo escuchado para confirmar que se ha entendido bien. Es el momento perfecto para reconocer una habilidad o cualidad del otro.

 

 

De todos modos, no debemos perder de vista los distintos perfiles con los que nos va a tocar trabajar a la hora de desarrollar todo lo comentado.

Habitualmente son los siguientes.

  • Los perfiles rojos (dominantes), cuando están fuera de su centro, tienden a comportarse de forma más confrontante y controladora. Son impacientes por naturaleza y su comunicación siempre es muy directa y retadora.
  • Los perfiles amarillos (influyentes) No son nada realistas. . Pierden el foco y no saben priorizar.  Con tendencia a promoverse a sí mismos, eso les suele causar muchos problemas con los compañeros.
  • Los perfiles verdes (serenos)  Sus reacciones suelen ser reactivas. Son inflexibles e indecisos. . Dudan constantemente y esto les mantiene en la inacción.
  • Los perfiles azules  (cumplidores) Suelen ser quisquillosos y pesimistas. Son fríos y desapegados.

 

En próximos post seguiremos ahondando sobre este tema, una vez que hemos desarrollado el porqué de la importancia de un liderazgo modernos y los perfiles con los que podemos encontrarnos:

 

Nota* : Estos perfiles conductuales están basados en la teoría de Dr en psicología de Harvard, William Moulton Marston y se ha convertido en una de las herramientas más usadas para el análisis del comportamiento humano y la gestión del talento. 

 

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